
Ya ha pasado mi cumpleaños, ya soy un poco mayor, ya se ha acabado el verano.
Tres en uno.
Tres en uno.
Han llegado para mi esos días de adaptación al otoño, de claudicar con el mal tiempo y superar con velocidad y astucia unos días de semi-depresión por culpa del cambio de estación.
No es solo una consecuencia del síndrome post-vacacional, sino que es cuestión del tiempo. Y todo ello repercute no solo en el estado de ánimo sino que se acaba somatizando en forma de cansancio excesivo, mal-humor, migraña...
Un diagnostico fácil de deducir.
Si pudiera elegir sería como las aves migratorias, volaría de un lugar a otro, cambiaria de estación buscando el cobijo y el calor del buen tiempo.
Calculo que ahora mismo me encontraría sobrevolando algún lugar cerca del hemisferio sur...
No es solo una consecuencia del síndrome post-vacacional, sino que es cuestión del tiempo. Y todo ello repercute no solo en el estado de ánimo sino que se acaba somatizando en forma de cansancio excesivo, mal-humor, migraña...
Un diagnostico fácil de deducir.
Si pudiera elegir sería como las aves migratorias, volaría de un lugar a otro, cambiaria de estación buscando el cobijo y el calor del buen tiempo.
Calculo que ahora mismo me encontraría sobrevolando algún lugar cerca del hemisferio sur...
Pero no es así y tampoco es que me pueda quejar del clima del lugar donde vivo, es solo que el color gris que acompaña esta estación no me gusta, me pone triste y melancólica (más todavía). El gris solo me gusta para un buen abrigo de paño, no para que tiña el cielo de mi ciudad.
Sin embargo y pese a todo, me apoyo en el aliciente que me aporta la inquietud de renovar el armario. De sacar las botas y bolsos de piel, las camisas de manga larga, rebecas de punto y de llevar siempre encima esa gabardina que nunca sabes si acabarás poniéndote.
Para mi el inicio del otoño es la lucha entre las ganas de volverte pequeñita, esconderte y la obligación de reengancharse a la rutina. Planificar horarios, volver a habituarse al transporte público, ir a clase...
Por lo menos cuando era pequeña, en el colegio, siempre cabía ese momento especial y emocionante del habituallamiento con el material escolar, la estrena de libros, forrarlos, ponerles el nombre con una etiqueta bien chula, estrenar una caja de colores...
Pero eso queda bien lejos ya..sin embargo no diré que he dejado de hacerlo, no en igual medida, pero si es cierto que cada año sigo estrenando libretas y bolígrafos nuevos, no siempre por necesidad sino, lo reconozco, por capricho.
Es como un guiño al pasado que me gusta conservar
Alguien que vivió en Brasil algunos años me dijo que llegó a aburrirse de no ver pasar las estaciones.
No digo que quiera mudarme, Quizás sería más fácil hacerme con una varita mágica para invertir la temperatura media anual ( no el temporal monzónico!) por un tiempo, no?
Sin embargo y pese a todo, me apoyo en el aliciente que me aporta la inquietud de renovar el armario. De sacar las botas y bolsos de piel, las camisas de manga larga, rebecas de punto y de llevar siempre encima esa gabardina que nunca sabes si acabarás poniéndote.
Para mi el inicio del otoño es la lucha entre las ganas de volverte pequeñita, esconderte y la obligación de reengancharse a la rutina. Planificar horarios, volver a habituarse al transporte público, ir a clase...
Por lo menos cuando era pequeña, en el colegio, siempre cabía ese momento especial y emocionante del habituallamiento con el material escolar, la estrena de libros, forrarlos, ponerles el nombre con una etiqueta bien chula, estrenar una caja de colores...
Pero eso queda bien lejos ya..sin embargo no diré que he dejado de hacerlo, no en igual medida, pero si es cierto que cada año sigo estrenando libretas y bolígrafos nuevos, no siempre por necesidad sino, lo reconozco, por capricho.
Es como un guiño al pasado que me gusta conservar
Alguien que vivió en Brasil algunos años me dijo que llegó a aburrirse de no ver pasar las estaciones.
No digo que quiera mudarme, Quizás sería más fácil hacerme con una varita mágica para invertir la temperatura media anual ( no el temporal monzónico!) por un tiempo, no?
Listening: You're beautiful (James Blunt)