sábado, 7 de febrero de 2009



El estar desde ya hace un tiempo sola, en cuanto a pareja sentimental se refiere, me ha hecho reflexionar.
Especialmente....cuánto necesario es tener a tu lado a una pareja, que te comprenda, te proteja, te cuide...para ser feliz?

No es una convicción que se pueda cuantificar pero si se puede sentir. Cuando estas involucrado con una persona dejas de ser tu mismo para convertirte en dos, ya no piensas solo en ti sino que las preocupaciones, los problemas así como las alegrías de tu pareja pasan a ser las tuyas también.

Y hasta hace poco pensaba que eso no bueno, encontraba injusto que alguien tuviera que resignarse o dejar de lado una parte de si mismo, dejar de estar solo pendiente de sus cosas para dejarle espacio a las de la otra persona.

Pero cambié de opinión, me he dado cuenta de que no se trata de un acto de sumisión, ni de machismo, sino de generosidad. Cuando eres dos, ya no importa solo lo que te pase a ti, ya no importa solo estar pendiente de ti mismo las 24x7 , analizarte sobre todos tus comportamientos, actitudes, actividades realizadas a lo largo del día, porque si dentro de ese análisis tu pareja no está bien, es imposible que tu consigas estarlo.


Pienso en la cantidad de gente cuyo único motor en su vida es amar a otra persona, o en los que abanderan esa expresión; "antes de conocerte mi vida no tenía sentido" y que si esa persona desapareciera, no serviría de nada estar rodeado de gente, porque si una parte de ti se ha ido es como si tu mismo dejara de vivir.


Puede ser eso posible? Puede ser que uno vaya viviendo, pero sin más, pasando los días pero con la sensación de que te falta algo, sin saber lo que es, pero el día en que descubres que existe la persona que te falta en tu vida para ser feliz del todo, tu vida cobre sentido y todo encaja?


Antes creía que no, que pensar así era sintomático de personas débiles y con vidas poco profundas, pero cada vez estoy más convencida de lo contrario. De que no hay cosa más hermosa y que te reporte mayor felicidad en esta vida que amar y ser correspondido.
El resentimiento que te causa una ruptura indeseada te vuelve arisco hacia el amor, y para no reconocer cómo es de importante para ti, tratas de quitarle importancia a lo maravilloso que pese a todo es estar enamorado.


Hay veces en que el sentirme herida ha hecho cambiar mis convicciones sobre los grandes temas, la vida, el amor, la muerte, etc...y en este caso estoy satisfecha de haber reconducido mi manera de pensar porque venía anclándome en el pensamiento de autosuficiencia y auto dependencia, tanto emocional como física, que no se corresponde en el fondo conmigo.
Me había posicionado en la creencia del no necesitar, a un hombre, una pareja, un compañero, pero estaba equivocada.
Son las secuelas de un desengaño amoroso que se van manifestando poco a poco pero que igualmente con tiempo, se curan.


He leído muchísimo sobre el amor, en todas sus manifestaciones, y siempre son las historias de amor las que me han hecho emocionarme y conectar con los sentimientos exteriores dentro de la frialdad que me caracteriza por ser una persona sumamente cerebral.

Pero sigo sintiendo que no es mi momento, que para que esa entrega salga bien hay que estar 100% predispuesto y pulir los miedos y las inseguridades. Hay que saber estar solo, conocerse, quererse bien a uno mismo, porque todos somos bellos con nuestras imperfecciones y solo así desde la sabiduría personal conseguiré estar preparada para amar a otra persona.

El amor está ahí, esperándome, lo sé, solo me falta querer encontrarlo.

Os recomiendo un libro que es de mis favoritos, La isla de los amores infinitos de Daína Chaviano.






Listening: Ave Maria (Beyoncé Knowles)

jueves, 8 de enero de 2009



Me quedé inmóvil, el frío me cortaba las mejillas y la respiración, cada soplo de aire era más intenso que el anterior. Traté de no moverme y de aspirarlo. La sensación no fue tan desagradable como esperaba, pero el frió empezaba a estar cada vez más presente dentro de mi cuerpo. Ahora se estaba metiendo en mi cerebro produciendo esas punzadas que te da el comer o beber algo helado.

Contemplé el vapor de mi respiración y acto seguido ojeé el paisaje. Todo era blanco y sin apenas luz, como sacado de un cuento de invierno, la estampa no era terrorífica pero aun así sentí miedo, miedo de la soledad que produce no ver ni oír nada a tu alrededor, solo árboles a los costados y un largo camino que se anunciaba enfrente de mi. Estaba aterrada.

Pensé que tenía que sacar ese aire que había aspirado, como si llevara mucho tiempo en mis pulmones, porque empezaba a quemarme, pese a que acababa de tragarlo, ya no era consciente de cuanto tiempo hacia que lo llevaba dentro de mi.

Hice un último intento antes de sentir como faltaba poco para caer desmayada, miré mis manos que permanecían desde no sé cuanto tiempo cerradas como puños, apretando, abrí las palmas e inspiré con todas mis fuerzas mientras cerraba los ojos.

Por mi cabeza pasaron un millón de imágenes, todas de los últimos meses, dejé pasar las que me producían felicidad y me detuve en las malas, sentí muchísima nostalgia y rábia, fue como si lo reviviera todo de nuevo en muy pocos instantes. Aguanté fuerte la respiración, casi hasta el punto de ahogarme y con todas mis fuerzas dejé salir el aire de mis pulmones.

Acto seguido sentí un gran alivio, casi regocijo. Abrí los ojos y el paisaje de mi alrededor ya no me producía escalofríos, no había cambiado, pero yo si.
Sonreí mientras contemplaba como entre una capa espesa de nuves empezaba a asomarse una ligera luz.



Sònia Pérez Servent
Madrugada del 01.01.09



Listening: Everytime (piano version) - Britney Spears